#2 - La conspiración de la Asociación de Hechiceros
Slayers Special #4 - La conspiración de la Asociación de Hechiceros |
A continuación podréis encontrar la traducción al español del segundo capítulo de la cuarta novela de la saga Slayers Special, 魔道士協会の陰謀 (madoushi kyoukai no inbou).
La traducción está hecha directamente desde el japonés, usando como base los scans de la propia novela y utilizando para las imágenes todos los scans disponibles, tanto de su publicación original en la Dragon Magazine en Junio de 1992, así como su posterior recopilación en novela, tanto en edición física como digital.
Traducción, adaptación y revisión: shansito
para Lost Slayers – https://www.lost-slayers.net
Todo lo perteneciente a Slayers es © Hajime Kanzaka, Rui Araizumi, Kadokawa Shoten y otros, según proceda.
La conspiración de la Asociación de Hechiceros
—Oh, ¡habéis venido!
Naga y yo nos encontrábamos a las puertas de la Asociación de Hechiceros, donde nos saludó un hombre con barba y un grupo de hechiceros.
¿Que quién era este hombre? Pues se trataba de Hamingham, el presidente de la Asociación de Hechiceros de la ciudad de Cruasal, donde nos encontrábamos.
Lo cierto es que la Asociación de Hechiceros de esta ciudad se encontraba en medio de un tumulto.
—Bien, ¿y qué es lo que está pasando?—me preguntó el hombre.—¿Habéis oído alguna cosilla?
—Fu. Literalmente apenas hemos oído alguna cosilla.—respondió Naga.
—Tan solo que aquí parece que está teniendo lugar una revuelta.—dije yo a continuación.
Así es.
No hace mucho hubo una rebelión en la Asociación de Hechiceros de esta ciudad, liderada por su vice-presidente. Hamingham-san, el presidente de la Asociación usó un hechizo que envía la imagen y la voz a localizaciones lejanas, llamado Vision, para informar a otras Asociaciones de Hechiceros del país.
La Asociación de Hechiceros no ha tenido tal escándalo en toda su historia, así que las diversas Asociaciones reunieron a todos los hechiceros viajeros que pudieron y los enviaron a la ciudad de Cruasal (o algo así). Dos de esos hechiceros éramos Naga y yo.
—Habéis venido muy rápido. Sois las primeras en llegar. —dijo el presidente Hamingham-san mientras nos llevaba hacia el interior del edificio.
—Bueno, casualmente estábamos en una ciudad cercana. Pero... ¿por qué se ha rebelado el vice-presidente? —pregunté a Hamingham-san.
Me respondió en un tono muy calmado.
—Bueno, no es que sea gran cosa. Parece ser que no le gustó el hecho de que utilizase mi posición como presidente para llenarme los bolsillos, ni para aprovecharme de las hechiceras aprendices hermosas ni de las mujeres de mis subordinados.
GUH
Golpeé al presidente en toda la nuca.
—¡¿A qué ha venido eso?! —dijo el presidente levantándose, sin haberse hecho apenas daño.
—¡¿Cómo que a qué ha venido?! ¡Pues claro que comenzaría una rebelión con esas razones!
Al escucharme, el presidente sacó pecho.
—¿Qué dices? ¿Acaso el abuso de poder y mezclar la vida pública con la privada no es un deber de aquellas personas al mando?
... lo cierto es que si miras al mundo da la sensación de que exista esa ley, pero lo cierto es que realmente no la hay. Ni mucho menos.
... quizás...
—¡Fu! ¡Eres un inmaduro! ¡Cosas así deberían hacerse en secreto para que nadie se entere!
¿Qué estás sugiriendo, Naga?
El presidente se rió al escucharla.
—¡No me hagas reír! ¿Qué razón tendría para hacerlo a escondidas? ¡Soy la persona más recta del mundo!
... no eres más que un insolente delincuente juvenil.
—¡¿Qué pasa contigo?!
—¿Acaso no conocéis la frase “la justicia está conmigo”?
... será...
—... fu... ¡hay demasiada diferencia en cómo pensamos! —le dije al presidente, apuntándole con un dedo.
—¡Esas mismas serían mis palabras!
—¿Qué sentido tiene competir si estáis al mismo nivel? —dijo Naga con cara seria.
—En cualquier caso, ¡es una pena que hayáis decidido estar en mi contra! ¡Chicos! ¡Haceros cargo de ellas!
En cuando dio el aviso, apareció un grupo de magos y mercenarios. A juzgar por sus miradas y sus malas maneras, parecían ser matones a sueldo.
... bueno, no es que pareciesen gran cosa...
—¡Ohohohoho! ¡Qué divertido! No importa cuánta gente tengas, ¿realmente crees que puedes competir contra Naga la serpiente? —dijo Naga riendo fuertemente.
—... retirémonos por ahora...—le susurré al oído.
—¡Fu! ¿Es que te intimida esta gente, Lina?
—¡Te lo contaré luego! ¡Ahora, vámonos! —le dije y comencé a correr sin esperar su respuesta.
—¡O... oye! ¡Espera! —dijo Naga, saliendo a correr detrás de mí.
—¡No escaparéis! ¡A por ellas! ¡Id tras ellas! ¡Acabad con ellas!
—[¡Sí!] —gritaron al unísono los hombres con voces vulgares al oír la orden del presidente.
No nos encontrábamos muy lejos de la entrada. Las dos salimos del edificio de la Asociación de Hechiceros fácilmente. Y nada más salir, ¡usé un hechizo!
—¡Fireball!
BOOOOOOOM
Lancé el Fireball, habiendo previamente reducido en parte su poder, al porche por el que acabábamos de salir, esparciendo llamas y humo por todas partes. Eso debería cegar y detener a nuestros perseguidores.
—... ¿por qué estamos escapando, Lina? —me preguntó Naga sin dejar de movernos. —¡Podríamos haber lanzado por los aires a todo ese grupo con un simple hechizo! ¿No es ése el tipo de cosas que te gusta hacer?
—... a ver, Naga, sería muy fácil lanzarles un par de Drag Slave. Pero si hiciera eso, y alguno de ellos sobreviviese, podrían contactar con las otras Asociaciones de Hechiceros usando el Vision y decirles “Lina y Naga están del lado de los rebeldes y han asesinado al presidente”. Y, desde mañana, seríamos fugitivas. Creo que incluso tú no querrías enemistarte con todas las Asociaciones de Hechiceros del país, ¿verdad?
Como era de esperar, Naga se quedó sin palabras al escucharme.
—... pero... entonces, ¿qué vamos a hacer?
—Por ahora, de alguna manera tenemos que convencer a las Asociaciones de Hechiceros del país de que “la culpa la tiene el presidente Hamingham”. Para eso...
Dejé la frase a medias y me detuve. Naga también se había detenido a mi lado. Estábamos en la esquina de una calle. No había mucha gente en las calles, seguramente debido a los disturbios reciente.
Durante un instante hubo un silencio.
—¿Por qué no te muestras? Sabemos que estás ahí. —dije, girándome.
Tras una pequeña pausa, un hombre salió de detrás de uno de los árboles de la calle.
Aparentaba tener unos veinte años, y llevaba las ropas de un ciudadano cualquiera, pero...
—... hola... me llamo Rail. —dijo con tono relajado a pesar de la situación.
No parecía guardar ninguna hostilidad, pero tampoco parecía confiable.
—Lo cierto es que... os he estado observando un rato... así que tengo algo que preguntaros... ¿os gustaría uniros a nosotros en el ejército rebelde?
Naga y yo fuimos llevada al cuarto trasero de lo que parecía ser una tienda ordinaria en una esquina de la ciudad.
A juzgar por el tamaño, originalmente tuvo que haber sido un almacén o algo así. Ahora estaba todo recogido y había unas diez personas.
—... ésta... es una nuestras bases.
Una vez nos habíamos presentado, Rail comenzó a explicarnos las circunstancias.
—Como podéis ver, el vice-presidente no se encuentra aquí... os contaré por qué...
—Ah, ya lo entiendo. —le corté. —No tenéis ninguna garantía de que no seamos espías enviados por Hamingham. Por eso no podéis dejar que nos encontremos con el vice-presidente ni podéis decirnos dónde está, ¿verdad?
—... sí... así es... —respondió Rail tranquilamente.
—Llegados a este punto eso no importa. El problema es qué hacer ahora.
—Bueno... nuestro plan es esperar a tener la oportunidad de...
—No. —le corté en seco. —Piénsalo bien. Como ya sabes, el presidente ya ha utilizado el Vision para solicitar la cooperación de las Asociaciones de Hechiceros de otros lugares. Desde la perspectiva de aquellos que vengan a ayudarle y no conozcan la situación, la justicia está de la mano del presidente y los malos somos el resto. Por supuesto, siempre está la posibilidad de que haya gente que sienta animadversión por la personalidad del presidente, pero no creo que vayan a cambiar de bando solamente por eso... dicho de otro modo, cuanto más tiempo pase, más ventaja tendrá.
—Ya veo... —dijo Rail sin cambiar su expresión. —Entonces... ¿qué deberíamos hacer?
... este tipo... no piensa en nada...
—Pasar a la acción lo antes posible, preferiblemente ahora mismo, y tomar el edificio de la Asociación de Hechiceros. Entonces, utilizar Vision para mostrar las pruebas de que el culpable es el presidente de la Asociación de Hechiceros. Al menos ésa es mi opinión. —dije.
Vision, básicamente, es un hechizo de comunicación que permite a dos personas en diferentes localizaciones compartir imágenes y sonidos al sincronizar sus mentes. Es una herramienta muy útil que permite una comunicación instantánea, sin importar cuántos días de viaje a caballo pudiera haber entre las diferentes localizaciones.
Pero por supuesto siempre hay problemas.
Por mucho que sea una sincronización mental, no significa que un hechicero pueda comunicarse con quien quiera. Después de todo hay que tener en cuenta la compatibilidad.
Lo que se crea es una barrera que amplifica el poder del Vision. Al usarla, es posible enviar mensajes unilateralmente a otras barreras similares en otras localizaciones... dicho de otra manera, a una habitación donde se ha utilizado el Vision, que puede prepararse en diversos lugares de las Asociaciones de Hechiceros.
Si hubiéramos querido, Naga y yo podríamos haber ocupado la habitación del Vision con la misma fuerza con la que golpeamos al presidente, pero...
Incluso si se contacta con otras Asociaciones de Hechiceros, no serviría de nada sin tener algo para convencerles de que el culpable de todo es el presidente Hamingham.
—Ah... ya veo. —dijo Rail tras un momento. —Eso sería una buena idea...
—O más bien, probablemente es la única opción.
—... ya veo... entonces hablémoslo todos, y una vez que lo tengamos claro, consultemos con el presidente, y si nos da el visto bueno, reuniremos al resto de las bases y lo discutiremos...
—¡Gaaaaah! ¡¿Pero qué dices?! ¡Hay que hacerlo ya! ¡Ahora mismo! ¡Aunque sean solo los de aquí, hay que atacar la Asociación de Hechiceros! ... entre los que hay aquí, ¿hay quien haya sido afectado directamente por las acciones del presidente Hamingham y que sepa de sus actividades diarias? Para que pueda hacer un comunicado a las otras Asociaciones de Hechiceros al hacernos con la habitación del Vision. No creo que vayan a pasarse a nuestro bando sin más, pero al menos se detendrían las críticas e investigarían qué ha pasado realmente. Entonces, cuando se descubra todo lo que ha hecho el presidente Hamingham, habremos ganado.
—... ah... ya veo...—dijo Rail dando una palmada. —en ese caso, lo hablaremos todos, y cuando nos decidamos, consultaré con el vice-presidente y discutiremos si deberíamos atacar por nuestra cuenta lo antes posible...
—¡Gaaaaaah! ¡Déjate de tanto consultar!
—... pero... si lo hiciéramos solo nosotros, apenas somos diez... ¿es posible que tan pocos podamos ocupar la Asociación de Hechiceros?
—Tengo una idea. Primero, alguien pretende haberos traicionado por dinero o algo así, va al presidente y le dice "aquí está la base de los rebeldes", dándoles una dirección falsa y tan lejos de la base como sea posible. Seguramente el presidente Hamingham no se lo crea sin más, pero probablemente envíe a alguien para comprobarlo. De esa manera reduciríamos el número de enemigos aunque sea un poco, ¡y entonces les atacáis todos! Tras eso, Naga y yo nos encargaremos del resto.
—... ah... ya veo. —dijo Rail dando una palmada.
—Por favor, nada de consultar.
Rail-kun me miró con mirada triste al escucharme decir eso.
—Fu, entonces ¡Naga la serpiente será quien se encargue de difundir la información falsa!
—... ¿vas... vas a hacerlo... tú?
—¿Qué pasa, Lina? ¿A qué viene esa cara?
—No... nada...—dije vagamente.
Por supuesto, me daba mucha ansiedad la idea de dejar que Naga se encargase de algo tan importante...
Aunque tampoco podía hacerse nada al no haber nadie adecuado para el puesto.
Es demasiado irreal pensar que gente que ha ido tan lejos como para causar una rebelión ahora cambiarían por dinero, y yo le había pegado una patada al presidente en la cabeza antes de escapar.
Es verdad que Naga también había estado allí, pero ella no le golpeó. Si dice "mi compañera lo hizo por cuenta propia" puede que no se fíen del todo, pero será una excusa.
No es necesario que el presidente se crea completamente la información, pero tendríamos un problema si no se llegara a creer ni un poco. Además, considerando la apariencia de Naga de hechicera malvada, el hecho de cambiar de bando para lucrarse es bastante creíble.
—Está bien... ¡Naga, tú eres la única a la que se le puede asignar este rol!
—¡Fu! ¡Por supuesto! ¡Ohohohoho! —rió escandalosamente.
... bueno, estará bien. Y si falla, solo Naga saldrá mal parada...
—Ahora, dejadme explicar los detalles de la estrategia.
—... ¿funcionará...?—dijo Rail con tono no demasiado preocupado, estando echado al lado.
Estábamos en el tejado de un edificio. Desde ahí podía verse claramente la Asociación de Hechiceros.
Ya había pasado bastante tiempo desde que Naga había atravesado la entrada. Cuando estaba hablando con el guardia de seguridad de la entrada, escuché su escandalosa risa en el viento, y parecía que la estaba guiando al interior, así que aparentemente no la habían descubierto.
Bueno, mientras Naga dijera las frases y se ciñese al plan, no tendría que pasar nada malo...
Aun así, a la gente malvada con poder, como es el caso del presidente Hamingham, se les suele dar bien las conspiraciones y las argucias. Era mejor no subestimarle...
—Ah... alguien está saliendo...—dijo Rail con voz tranquila.
Así era... había un gran número de personas saliendo de la entrada de la Asociación de Hechiceros. Entre ellos se podía ver la figura del presidente Hamingham.
—Parece que se han fiado de las palabras de Naga y van a lanzar un ataque en toda regla...
... para ser mi enemigo, era un hombre muy irracional...
—... pero... ¿cómo llegó a ser presidente siendo así? —murmuré sorprendida, a lo que Rail me miró con una sonrisa.
—Bueno... no es tan raro... no es que tengamos mucho talento...
... no deberías alardear de algo así con una sonrisa en la cara...
En cualquier caso, los miembros del grupo dirigido por el presidente soltaron un grito al unísono, y comenzaron su inconexa marcha.
—Es el momento.
Al escucharme, Rail asintió sin agallas, cual lirio de mar.
El asalto fue sorprendentemente rápido. Tras dejar pasar al grupo de Hamingham y esperar un momento, nos dirigimos deprisa hacia la Asociación de Hechiceros, que estaba casi completamente vacía. Por supuesto había un guardia a la entrada, pero mi hechizo se encargó de él en un instante. Todos entramos corriendo al vestíbulo.
¡Pero entonces...!
—¡Ohohohoho! ¡Así que has llegado hasta aquí, Lina Inverse!
¡Una voz familiar se escuchó en el aire!
—¡Naga!
La puerta se abrió con un gran estruendo. Una sombra negra se encontraba allí. Era la conocida Naga la serpiente.
A derecha e izquierda había algunos hechiceros esperándonos. Uno de ellos seguramente era un subordinado del presidente Hamingham.
—Naga, se acabó la farsa. —dije con una sonrisa.
Al escucharme, les cambió la cara a los hechiceros que estaban junto a Naga.
—Fu...—sonrió Naga mientras movía su pelo. —¿De qué estás hablando?
… oye…
—¡Escucha, Lina! —dijo apuntándome directamente. —Creo que todos lo han olvidado, ¡pero soy tu mayor y más fuerte rival en esta vida! Y además, ¡cien monedas de oro valen más que la amistad!
… oye…
—… pues… parece que Naga-san se ha cambiado de bando, movida por el dinero. —dijo Rail con tono tranquilo.
—¡Peleemos, Lina!
… oye, oye…
—¡Vamos allá! ¡Freeze Arrow!
—¡Bien! ¡Air Valm!
Naga había lanzado su hechizo de improviso, y apenas logré conjurar un hechizo defensivo de viento para protegerme tanto a mí como a Rail y a los otros que estaban detrás.
—¡Rail! ¡Déjame esto a mí y sigue adelante!
—Está bien… lo consultaré con todos por ahora y…
—¡No necesitas consultar nada! ¡Simplemente hazlo!
—Está bien… entonces seguiré adelante.
Los dictadores son problemáticos, pero esto casi que lo era también.
—¡Fu! ¡No mires a otro lado durante un combate! —dijo Naga, conjurando su siguiente hechizo. —¡Freeze Breed!
Mientras conjuraba mi hechizo, me lancé en dirección a Naga. Una bola brillante azulada pasó a mi lado.
CRAS
Escuché un crujido detrás de mí.
El Freeze Breed había impactado justo donde me encontraba hace un instante. El fuerte aire helado se dispersó y debido al cambio brusco de temperatura, los muros y el suelo estaban crujiendo.
Tras comprobar el ruido, usé mi hechizo.
—¡Fireball!
—¡Fu! ¡Qué ingenua!
Pero en cuanto Naga habló…
¡BAM!
¡Mi Fireball explotó justo a sus pies!
Aunque… había reducido el calor lo máximo posible, así que no creo que muera nadie…
Al aclararse el humo… había un buen número de hechiceros ardiendo y quejándose. Y entonces…
—Te dije que estabas siendo ingenua.
—¡Naga! ¡¿Cómo es posible?!
No había sufrido ningún daño. No había siquiera ni una simple marca de quemado en su capa.
—¡Fu! Lina, sabía perfectamente que usarías un hechizo de fuego en ese momento. ¡Así que en cuanto usé el Freeze Breed, comencé a conjurar un hechizo de resistencia al fuego!
—¡¿Pero cómo…?! ¡Has podido leer mis patrones de movimiento, Naga! —grité genuinamente sorprendida.
—¡Ohohohoho! ¡Sí que te he sorprendido!
—Na… Naga… ¡tienes capacidad de aprender!
—¡Alábame! ¡Aunque sea un poco!
—Realmente no pensé que fueras capaz de hacerlo… es cierto que eres mi rival…
—¡Ohohohohoho! —comenzó a decir Naga poniendo las manos en sus caderas. —¡Parece que finalmente admites mi habilidad, Lina Inverse! Fu… Pero es comprensible. Después de todo, soy Naga la serpiente…
—Mega Brand.
BOOOOM
Le quedan diez años. Como mínimo, si quiere derrotarme, necesita hacer algo con su personalidad y no quedar completamente desarmada ante la más mínima persuasión.
Caminé hacia Naga, que estaba tirada en el suelo, y la zarandeé.
—… uh… uh…—dijo Naga en un tono extrañamente femenino y abrió ligeramente los ojos.
En cuanto me vió, se quedó quieta.
—¿Y bien?
De alguna manera mantuvo la calma ante mi fría pregunta.
—Fu. Dejemos ya de actuar. Y bien, ¿cuál es la situación, Lina?
… pero será… ¡definitivamente le tengo que pegar una paliza!
—… hola… ya habéis venido…
Naga y yo llegamos hasta la habitación del Vision justo cuando Rail y los demás estaban saliendo de la misma.
—¿Qué tal ha ido?
—Como esperaba, han decidido enviar un equipo de investigación para confirmar los sucesos…
—Fu. Era de esperar. Todo gracias a mí. —dijo Naga como si nada, a saber por qué.
—Sí… por fin podemos relajarnos… iré a consultarlo con el vice-presidente ahora mismo, y luego lo consultaré con los otros…
—¡Ahora no es momento para eso! —le dije intentando hacer reaccionar al (aparentemente) feliz Rail. —El presidente Hamingham y sus hombres volverán pronto. Necesitamos marcharnos de aquí y escondernos hasta que el equipo de investigación de la Asociación llegue. Sería terrible si nos cruzásemos con ellos.
—Sí… es verdad… entonces será mejor que nos demos prisa y…
Pero… estaba claro que el mundo no era tan simple, así que eso no iba a ser el final de la historia.
Para cuando llegamos a la puerta…
El presidente Hamimgham y sus hombres ya se habían reunido frente a la entrada.
—¡¿Qué… qué está pasando aquí?! ¡¿Naga?! —gritó el presidente, su cara llena de furia.
—Ah, ya entiendo. Solo prentendí traicionar a Lina y a los otros para darte información falsa. Fu, ¡¿realmente creías que una amistad duradera y unos fuertes lazos de confianza podían ser comprados por unas míseras cien monedas de oro?!
—… me pregunto quién olvidó completamente lo que estábamos haciendo y nos atacó por esas mismas cien monedas de oro…
Naga pretendió no haberme escuchado, pero llegué a ver una gota de sudor bajando por su mejilla.
—… ¡maldita seas! ¡Devuélveme el dinero!
—¡De eso nada!
—¡Entonces únete a mí! ¡Si lo haces, te daré otras cien monedas!
—… mmmm…
—¡No te preocupes por eso, Naga! ¡Son gente mala! ¡Hay leyes que dicen que no tienes que devolver el dinero que te han dado los malos!
—Fu. Ahora que lo pienso, es verdad que existe esa ley.
—[Para nada.]
No solo el presidente, incluso Rail y sus compañeros lo dijeron al unísono.
—¡Ca… calláos! En cualquier caso, ¡presidente Hamingham! ¡Me he comunicado desde la habitación del Vision con todas las Asociaciones de Hechiceros del país contándoles tus maldades! ¡En apenas unos días un investigador de la Asociación vendrá y ése será tu fin! ¡Prepárate para no tener futuro!
—¡¿Qué?! ¡¿Qué has dicho?! ¡No voy a perdonarte! ¡Si hemos llegado a esto, tendré que acabar contigo!
—… Lina-san… ¿sabes lo que significa “añadir combustible al fuego” o “contraproducente”?
—¡Cállate, Rail! ¡Déjanos esto a Naga y a mí, y quedáos detrás!
—… está bien. Haremos eso.
Y así, Rail y los demás retrocedieron y entraron en el edificio.
—¡No dejaremos que escapéis! ¡Id a por ellas!
Ante las palabras de Hamingham, sus mercenarios se dirigieron hacia nosotras. Los que eran hechiceros se quedaron donde estaban y comenzaron a conjurar hechizos.
Como era de esperar de tal grupo, no tenían ningún tipo de coordinación.
Dicho eso, la situación no era tan desfavorable como podría parecer. Estaban demasiado cerca, así que no podían usar hechizos poderosos. Hacía falta ralentizarlos y poner alguna distancia entre ellos y nosotras…
—¡Naga! ¡Aléjate! —dije, conjurando un hechizo.
—¡Fu! ¡Entendido! —respondió Naga, comenzando a conjurar un hechizo también.
¡Los mercenarios se estaban acercando!
—¡Mega Brand!
BOOOOOM
Mi hechizo lanzó a cinco o seis de ellos volando.
Los que había detrás se estremecieron y dejaron de avanzar.
—¡Ahora, Naga! ¡Ve…
¡Me giré y vi a Naga tirada por el suelo!
¡Aaaaah! ¡Por eso te había dicho que te alejaras! ¡No has entendido nada!
¡Y ahora estábamos en desventaja!
Aunque los mercenarios se habían detenido, no iba a poder proteger a Naga y contraatacar con hechizos.
Además, ¡los hechiceros que estaban a ambos lados del presidente habían terminado de conjurar sus hechizos!
¡Lina-chan está en apuros!
¡Pero no es momento de decir cosas así!
—¡Eh! ¡¿De qué tenéis miedo, mercenarios?!
Fue el presidente Hamingham quien rompió el silencio.
—¡Que no os dé miedo un simple hechizo! ¡Está bien! ¡Hechiceros! ¡Usad vuestros hechizos para acabar con ellas!
—… pero presidente… si usamos hechizos ahora, nuestros soldados también serán heridos…—dijo un hechicero a su lado.
—¡Cállate, cállate! ¡¿A quién le importa un puñado de mercenarios?! ¡Además, así no habrá que pagarles! No me importan, hagámoslo juntos…
—… qué…
—[¡¿Qué has dicho?!]
Los mercenarios estaban enfurecidos.
—¡Presidente! Eso no está bien…
—¡He dicho que os calléis! ¡Tan solo sabéis lanzar hechizos, así que callaos y escuchadme!... ¿eh? ¿qué hacéis…?
Para cuando el presidente Hamingham quiso darse cuenta de la amenaza, ya era demasiado tarde.
Y así…
Justo delante de mí tuvo lugar el Primer Torneo de Piñata del Presidente Hamingham, abierto para mercenarios y hechiceros…
—… oye… Lina-san… muchas gracias…
No hace falta decir que era Rail quien hablaba, con voz tranquila.
Era el día siguiente tras acabar el asunto con Hamingham.
—… gracias a ti, la Asociación ha quedado a salvo…
—No ha sido nada. ¿Qué tal una recompensa? —pregunté con una sonrisa.
—… no hay ninguna…—respondió Rail con una sonrisa.
Me quedé rígida. Daba… miedo…
Pero es verdad que no había prometido nada… no tuve otra opción y quedarme sin dinero esta vez…
—Bueno, Naga, tú conseguiste cien monedas de oro de Hamingham, ¿no? —le pregunté a Naga, y su cara se puso rígida.
—¡No! ¡No pienso darte nada!
—¡¿Qué?! ¡Pero si todo el plan fue cosa mía! ¡No te estoy piendo todo, pero al menos deberías dividirlo!
—¡Eso es una cosa y esto es otra! ¡Además fue gracias a mis dotes de actuación!
… y así siguió la cosa. El argumento entre Naga y yo continuó hasta el día siguiente… hasta que me dí cuenta que Naga había dejado caer la bolsa de monedas en algún lado…
La conspiración de la Asociación de Hechiceros: FIN |