Lost Slayers
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atogaki
#6 - ¡Pelead, villanos!
Slayers Special #1 - El príncipe de Saillune

A continuación podréis encontrar la traducción al español del sexto y último capítulo de la primera novela de la saga Slayers Special, 悪役ファイト! (akayaku fight!). Es una secuela de uno de los anteriores capítulos, りべんじゃあ (revenger).

La traducción está hecha directamente desde el japonés, usando como base los scans de la propia novela y utilizando para las imágenes todos los scans disponibles, tanto de su publicación en novela en edición física en 1991 como en edición digital en 2012.

Traducción, adaptación y revisión: shansito
para Lost Slayershttps://www.lost-slayers.net

Todo lo perteneciente a Slayers es © Hajime Kanzaka, Rui Araizumi, Kadokawa Shoten y otros, según proceda.

 

Slayers Excellent: ¡Pelead, villanos!

—¡No te muevas!

El súbito grito hizo que Lina se detuviese sin espera. El hombre estaba sujetando fuertemente por detrás a una chica bajita, vestida con la toga de un monje, mientras mantenía su espada ancha presionada contra su garganta.

—¡No te muevas! Si su vida significa algo, no te muevas.

—¡Guh...!

Lina no pudo impedir el morderse la lengua.

—¡Suéltame! ¡Te digo que me dejes!

La chica gritaba, forcejeando en los brazos del hombre.

—¡Tú! ¡¿Te crees que voy a permitir que le hagas pasar por esto a una sacerdotisa?! ¡Si no me sueltas ahora mismo, tu alma acabará en el infierno!

—¡Cállate! ¡Vaya una boquita para ser sacerdotisa!

—¡Ser sacerdotisa no tiene nada que ver! ¡No puedo negar que soy humana! No hay nada que hacer. ¡Haré que te des cuenta de ello! ¡Lina-san! ¡Sin importar lo que pase, tienes que protegerme! —dijo la chica, mirando a Lina.

—¡Guh...!

—¿De... de verdad eres una sacerdotisa? —preguntaron Lina y el hombre al mismo tiempo.

El hombre miraba a la chica que tenía en sus brazos con expresión de asombro.

—Soy humana antes de ser sacerdotisa. Además, soy preciosa.

Una afirmación desde el fondo del corazón.

—Fu... fufu... fufufufufu...—empezó a reír Lina. En esa risa había algo increíblemente siniestro, y la chica y el hombre se miraron el uno al otro.

—Tienes razón, Mina-san. Soy tu guardaespaldas, pero antes de eso también soy humana como tú. Además, soy preciosa.

—¡Es... espera, Lina-san! ¡No tan deprisa! ¡Los humanos necesitan un espíritu de ayuda mutua, filantropía y abnegación!

Por supuesto, no le hizo ningún caso a sus palabras.

—No te preocupes. No te mataré. —dijo, y empezó a conjurar un hechizo.

—¡Espera! ¡Espera un momento! ¡¿No te importa lo que le ocurra al rehén?!

Una lluvia de hechizos de ataque respondió al grito desesperado de Mina.

Finalmente, el sol se puso en la naturaleza. Lina cruzó sus brazos en el pecho sin ninguna razón, mientras se encontraba de pie en un acantilado sin ninguna razón. Su capa ondeaba en el viento, y a sus pies se encontraba Mina, que estaba totalmente cubierta de vendas y parecía una oruga.

Entonces, sin previo aviso, comienza a escucharse una narración.

De esta manera, el sindicato criminal Amo del Infierno había sido derrotado por las acciones de Lina Inverse. Pero mientras haya maldad en el mundo, un segundo y un tercer Amo del Infierno aparecerán inevitablemente algún día. ¡No pierdas, Lina! ¡Sigue peleando, Lina! ¡Con amor, coraje y verdad, hasta el día en el que todo el mal de este mundo sea derrotado!

Tras un breve espacio, una música de fondo empezó a sonar, y los nombres del personal de producción comenzaron a aparecer en la gran pantalla de cristal que estaba proyectando la imagen.

Todo el recinto estalló en una tormenta de aplausos.

Docenas de extraños aplaudían al unísono en el recinto iluminado. Era toda una atmósfera.

—Ha estado muy interesante.

—Especialmente la última escena, cuando la cliente, Mina, quiere sacrificarse y grita al líder de la organización su venganza... aunque ya soy mayor, lloré como un niño.

—¿Verdad? Ha sido toda una escena...

—¡Sí, ha sido magnífico!

El hombre aplaudiendo hacia la pantalla de cristal era el hombre que había tenido su espadón contra el cuello de Mina, un hombretón pelirrojo... el líder del sindicato criminal Amo del Infierno, el mismísimo Gals Brader.

Durante un instante, el recinto quedó en silencio.

Un cartel colgaba del techo, donde se leía “trigésima octava asamblea ordinaria de la Alianza de Asociaciones Criminales de los Estados Costeros”.

—¡Escuchad todos! ¡El tema de esta ocasión no es “competición de película divertida”! ¡Es una reunión para discutir sobre esa hechicera que pone en peligro nuestra organización! ¡Tomaos esto en serio!

—Es cierto...—dijo un anciano canoso con tono desagradable. Por supuesto, es también el líder de una organización criminal.

—Su poder no tiene rival y es indiscriminada, aunque se tomen rehenes no se echa para atrás. Si no nos encargamos de alguien así, nos encontraremos en problemas. Es más como si fuese un terremoto, un tifón o algo así...

—Es verdad. Lo siento, Gals, pero aún eres joven. Aún no es tarde. Puedes recomenzar con tu vida. Esfuérzate y podrás reorganizar la organización. Esta vez... bueno, lo siento, pero puedes pensar que es como si te hubiera mordido un perro y olvidarte.

—¡Vaya intento de reconfortarme! Solo dices eso porque tienes tu propio negocio, pero ¡¿sabes por todos los problemas que tuve que pasar para tener el nivel que tiene mi organización?! Teniendo que aguantar el trato frío de mis padres adoptivos, tuve que hacerme cargo de las flores de Karon, día y noche, con lluvia o con viento, sin quejarme ni una sola vez... cuando finalmente dieron sus frutos y produjeron una espléndida droga, no pude contenerme y lloré. Y desde aquél día... prostitución, robo, extorsión, asalto... trabajando duro sin parar, finalmente tuve mis propios subordinados que trabajasen por mí y vivir finalmente tranquilo... pero entonces... ugh, es demasiado frustrante.

Los recuerdos de Gals llenaron el recinto de lágrimas.

—Uh, me ha hecho llorar...

—Me ha recordado a cuando yo era un niño...

—Entonces, sigamos. —dijo una voz fuerte.

Duran Balzark, el joven líder de pelo moreno y ojos agudos como un halcón de Conexión Duos. Era también el moderador de esta reunión.

—En cualquier caso, no podemos dejarlo pasar. A este paso no seremos capaces de aguantar, y si la dejamos sin más, no hay garantía de que en algún momento pueda nacer una segunda o una tercera Lina Inverse. Debemos encargarnos de esa chica lo antes posible.

—Eso dices, pero...—comenzó a hablar Gals. —Esa chica no se achanta aunque se tengan rehenes, pero ¿y si el rehén es uno de sus familiares?

—Hmmm... lo cierto es que...—dijo Duran lentamente, con las manos a la espalda. —En cierta ocasión, una organización con base en Saillune ideó un plan para acabar con Lina, y enviaron a varios subordinados habilidosos a la ciudad natal de esa chica.

—... ¿y qué ocurrió?

—Ninguno de los subordinados regresó, y cuando se intentó averiguar qué había sucedido con su familia, las autoridades locales simplemente dijeron “sin comentarios”.

—... esa familia parece ser todo un fenómeno sobrenatural...

—Al final, la organización de Saillune fue aniquilada por Lina, y ella sigue viva. Además, si se enviase ahora alguien a Zefiria, ya no daría tiempo. Así que, Gals, ¿estás dispuesto a vengarte por ti mismo?

—Por supuesto. —dijo afirmando seriamente. Lo cierto es que no podía hacer otra cosa, en este sitio donde se reúnen los líderes de las organizaciones, no es que pudiera decir “me da miedo así que no lo haré”.

Duran asintió con satisfacción.

—Entonces está decidido. Eres el único de los de aquí que se ha enfrentado ya a Lina Inverse, así que dejaré que seas quien planifique la operación de asesinato, Gals, y las demás organizaciones te asistirán, cada cual acorde con su tamaño. ¿Y bien?

Todos asintieron ante las palabras de Duran. A ninguno le apetecía demasiado ofrecer ayuda a Gals, pero tampoco les hacía gracia negarse y que les dijeran “entonces te harás cargo tú mismo”. Y así Gals Brader tuvo el día con menos suerte de su vida.

 

—¿Y? ¿Qué vas a hacer, Lina-san? —preguntó Mina con tono burlón en el comedor del primer piso de una pequeña posada junto al mar. Había bastantes clientes, pero era una clientela tranquila en un ambiente relajante. El aire nocturno entraba por la ventana abierta y traía el olor de la brisa marina y el sonido de las olas.

—¿Cómo que “qué voy a hacer”? —dije mientras tomaba un estofado de tiburón beio.

—La última vez me metiste por medio mientras destruías una organización. —dijo con voz resentida.

Lina puso cara de disgusto.

—... ¿aún piensas en eso? Que salieras volando por los aires junto con ese hombre por el hechizo...

—¡Por supuesto! ¡Mantengo un diario ilustrado de aquella vez, y me lo leo en voz alta todas las noches antes de acostarme!

.........

Menuda idea plomiza.

—¿Quieres ver mi diario?

—¡No! ¡Para nada! ¡Ya me lo has enseñado otras veces!

Lina intentó detener a Mina, que rebuscaba en su bolsa. El libro era como una lista negra, y se notaba el resentimiento en sus frases, pero algo que podríamos llamar “ilustraciones” acompañaban al texto, y al menos estaban bien.

Una criatura que apenas siquiera podría ser llamada reptador de veneno estaba dibujada con un trazo infantil y atemorizante, pero en cuanto Lina vo escrito “Lina-san” en letras pequeñas a su lado, notó una sensación de mareo.

—... en cualquier caso, las organizaciones de por aquí tienen un gran sentido de la camaradería, e incluso han formado una alianza. —dijo Mina, mirándome directamente con sus grandes ojos castaños. Su pelo largo y dorado se movía con la brisa. Era más joven que Lina, pero tenía una actitud bastante prepotente.

—... ¿y?

—¡Y que eso significa que todas las organizaciones cercanas podrían unir sus fuerzas y venir juntas! ¡¿Qué haremos si ocurre eso?!

—Mina-chan —dijo Lina mirándola directamente a la cara, —en la vida siempre hay cosas, grandes o pequeñas, que no pueden impedirse. Este problema con estas asociaciones es una de ellas.

—El trabajo era simplemente acompañarme hasta la ciudad de Rorl, ¡¿cómo eso ha podido hacer que tengamos problemas con las organizaciones?!

—Sabes que no tuve más remedio que hacer lo que hice.

Lina la agarró con una mano firmemente. Quizás hubiera sido más convincente si con la otra mano no hubiera estado sujetando unas pinzas de cangrejo fritas.

—¡¿Por qué tuviste que lanzarte así contra un ladrón que lo único que quería era robarnos?!

—Bueno, es que... tan solo omití el proceso, estas cosas siempre acaban igual...

Los matones de los que me hice cargo eran los subordinados de la organización, después vinieron otros de más alto rango, y bueno al final acabó como acabó.

—Además, mirar al pasado no hace que vaya a cambiar nada...

—¡¿Por qué hablas como si no viniese contigo?! ¡No es que no sea culpa tuya!

Por encima de la mesa, Mina agarró el cuello de Lina y empezó a zarandearla.

—M... Min... Mina-san... sue... suelt...

—¡Es muy raro que asignen a alguien como mensajero del templo! ¡Fue pura suerte! ¡Quería salir de esa sociedad enclaustrada, distorsionada y sin sexo, quería ser una persona normal, engañar a hombres para que me comprases cosas, beber alcohol hasta caer muerta, en definitiva ser una chica normal! ¡Sí, quería eso!

—S... si, si es... eso está... muy... bien...

—¡Así no puedo estirar mis alas! ¡Además! ¡Hay tantas cosas que quiero hacer! ¡Hacer apuestas, comer cosas deliciosas de todo el mundo! Ir a unas aguas termales...

Mina continuaba gritando cosas mirando a Lina, a quien ya se le habían quedado los ojos blancos.

 

Duran estaba confundido. No sabía si actuar o no. Como resultado de la reunión, cada organización había enviado una considerable cantidad de suministros a Gals, y ahora tenía suficientes armas como para iniciar una guerra con algún país pequeño si quería. Pero...

—Gals Brader... ¿podrá derrotar a Lina Inverse...?—murmuró para sí mismo.

No es que no crea en las artimañas de Gals. Al contrario, es una de las personas más influentes de las organizaciones de la zona. El problema era su oponente. Según los rumores, Lina Inverse tenía varios cientos de años y era capaz de lanzar hechizos sin parar cada uno de ellos capaces de destrozar castillos enteros. También se dice que el Dragón del Caos, uno de los cinco subordinados de la fuente de oscuridad de este mundo, Ojos de Rubí, adoptó forma humana para poder cazar y recolectar almas humanas, y que cuando recibe daño se convierte en un dragón gigante (risas). Otra cosa que se dice es que Lina Inverse es una archi-hechicera del ducado de Letidius que fue aniquilado hace quinientos años, y que su cuerpo ya está muerto pero su voluntad está sellada en la cinta negra y así puede manipular el cuerpo. Todos son rumores muy creíbles.

No tenía ninguna obligación de ayudar a Gals, pero el camino previsto de Lina Inverse, que se había conocido recientemente, indicaba que pasaría no dentro de mucho cerca de donde se encuentra el cuartel de la organización de Duran. Si lo dejaba pasar, seguramente Gals se encargaría de ella, pero no tenía demasiadas esperanzas.

Si se decidía que una confrontación era inevitable, entonces sería ventajoso que se aliara con Gals y utilizar todas sus fuerzas. Pero si se mantiene apartado, Lina podría no fijarse en la organización de Duran y pasar de largo. Eso sería lo mejor.

En cualquier caso, quería que el método fuese el que menos problemas le causase... ¿debería pelear? ¿debería hacerse el muerto? Era una decisión fatídica.

 

La luz de la luna llena iluminaba el muelle. En la noche solo se escuchaba el ruido de las olas. Nadie, excepto los dueños, sabía que todo un bloque de almacenes pertenecía a la alianza de asociaciones criminales. En uno de esos almacenes estaba Gals. Estaba lleno de suministros enviados por las otras organizaciones. Veinte catapultas para asaltar castillos. ¿Cómo podría una archi-hechicera esquivar innumerables piedras gigantescas lloviéndole encima? Setenta armaduras completas. El mismo número de caballos de guerra, aunque se encontraban en otro lugar. Lanzas, jabalinas y espadas para cientos de personas. También armaduras y armas arrojadizas. Había suficiente comida como para alimentar a toda la ciudad durante medio mes.

Si podía hacerse un plan detallado y utilizar todos estos suministros correctamente, no sería imposible derrotar a Lina Inverse.

—Perfecto...

Pero, por alguna razón, había una sombra de fatiga en la expresión de Gals.

—Mientras tengamos la gente suficiente, podremos lograrlo...

La luna, contemplada desde el piso superior del almacén, se notaba distante. La noche en la que Gals Brader cumplía veintisiete años.

Plan número 1: Disfrazarse como un viandante, preguntar a Lina Inverse por algunas direcciones y atacarla. Pero como anteriormente le ha visto la cara, sería necesario ocultarla con una máscara o algo parecido. Desventaja: Preguntar por direcciones mientras se lleva una máscara es sospechoso. Habría un gran riesgo de ser descubierto.

Plan número 2: Esperar a que Lina Inverse se quede dormida y prender fuego a la posada. Desventaja: Habría grandes posibilidades de que escapase utilizando magia. Además, éste es el territorio de Duran, nos daría problemas si hubiera un incendio.

Plan número 3: Me da demasiado miedo, así que no tocaré a Lina. Pediré perdón más adelante. Desventaja: No es algo que pueda dejar pasar por alto.

—¡Aaaaah! ¡No, no, no, no, no!

Gals golpeó la pila de papeles con los diversos planes que tenía sobre la mesa, quedando tirados por el suelo. Pero se fuerza a seguir, bajo la tenue luz de la lámpara, con una pluma en la mano. Cuantos más planes escribía más tímidos se volvían, y mientras que los primeros eran “cómo derrotar a Lina Inverse en solitario”, después del décimo plan pasaron a ser “cómo vivir el resto de la vida en paz”. Pero recuperó el sentido cuando pensaba lo que costaría comprar una parcela en Atlas o en Crimson.

—¡No! ¡Así no se logrará derrotar a Lina Inverse!

Se dice que es mejor no decir que algo no puede hacerse antes de intentar hacerlo. Por ahora, prometía intentar no hacerlo.

—Cálmate, Gals, piénsalo bien. Si lanza hechizos, será el fin. Así que habrá que tomarla por sorpresa... maldita sea, si fuese una hechicera de tres al cuarto bastaría con dispararle con una ballesta mientras estuviese conjurando algún hechizo... pero esa chica es también una buena guerrera...—murmuró para sí mismo. Era más fácil pensar así.

A medida que la luna se movía y el cielo comenzaba a iluminarse, decidió su curso de acción.

—¡Bien! —dijo mirando la pila de suministros. —¡Lo mejor será contratar a alguien para que se encargue de ella!

Eso es todo a lo que pudo llegar en una noche. O quizás es que simplemente su destino ya estaba decidido.

 

—Oye, ¿te interesa hablar de dinero?

Gotton estaba en un bar cualquiera cuando le llegó la voz. Era un oscuro y mórbido establecimiento donde solían hacer sus negocios mercenarios y traficantes.

—¿Me hablas a mí?

El hombre giró la cabeza hacia él. Tenía una curiosa apariencia, aunque no era muy diferente de la atmósfera de ese lugar.

—¿Sabes quién es Duran-san?

—He oído que es el líder de esta zona, ¿no es así?

—Así es.

Gotton se sentó junto al hombre con una sonrisa amigable. Después de todo, Gals solo le había pedido a Duran que le ayudara con el reclutamiento. Gals se encargaría de todos los gastos. La búsqueda se centraba hechiceros ambulantes. Era una idea bastante simple, un hechicero se encargaría más fácilmente de otro hechicero.

—Por cierto, ¿cómo de bueno es tu control de la magia?

—Fufu... no hay nadie que pueda superarme a mí, Zelgadiss, en hechicería.

—Vaya... eso son palabras mayores.

Gotton bajó su voz a apenas un susurro.

—Me gustaría que eliminases a una persona. Éste es el pago inicial. Si consigues eliminarla, ganarás otra cantidad igual.

De debajo de la mesa, el hombre mostró un dedo.

—Vaya... no es mala oferta... ¿es un oponente duro?

—Una hechicera... que ha desafiado a nuestra organización. A decir verdad, hay otros asesinos. Si otro se encarga del objetivo antes, se llevará el dinero.

—Entiendo... ¿y el objetivo es?

—Una chica joven.

Gotton sacó un trozo de papel doblado de un bolsillo.

—¡¿Oh?!

Una agitación recorrió el rostro del hechicero cuando desplegó el papel. Era de esperar, ya que lo que estaba dibujado era un retrato de Lina Inverse...

—¿Qué ocurre? ¿La conoces?

—¡Por supuesto!

Aún seguía contemplando el retrato, notándose el odio en su cara.

—¡La chica que me hizo conocer el sabor de la humillación a mí, Galmut Hannibal!

—¿Gal...mut? —dijo Gotton frunciendo el ceño. —¿No acababas de decir que te llamabas Zel-nosequé?

—¡No importa mi nombre! ¡Esto es más importante! ¡Definitivamente acepto el trabajo!

—¿Ah... ah, sí? Bien, entonces aquí está el pago inicial.

No conozco el nombre de esta persona, pero eso no es lo importante. Lo importante es que sea capaz de completar el trabajo. Y no será difícil volver a encontrarle si ocurre algo, se dijo Gotton a sí mismo. Después de todo, lo único que tenía que preguntar es “¿has visto a un hechicero con una calavera de carnero?”, y seguro que obtendría una respuesta.

 

—No me gusta. —dijo la chica secamente.

—Hehehe, vamos, señorita, no diga eso... no hay historias tan buenas como ésta.

El hombre, con una sonrisa que era mitad halagadora y mitad lujuriosa, extraño un papel de su bolsillo.

—Es solo encargarse de una joven chica y se ganaría mucho dinero. ¿Y bien?

—No suelo aceptar ese tipo de trabajos.

Frustrado al ver que ni siquiera abría el trozo de papel, el hombre lo desplegó y se lo mostró.

—Mira, no es que sea un oponente particularmente peligroso.

—Ooh...

Entrecerró los ojos al mirar el papel.

—Ya veo, una simple joven chica. Ciertamente es un trabajo interesante.

El hombre no se dio cuenta del tono con el que decía las palabras.

—¿Verdad?

—¿Y el nombre de esta chica es...?

La tez del hombre cambió ante la pregunta.

—Pues... su nombre es...

—¡Ohohohoho! ¡Si te cuesta decirlo entonces yo, Naga la serpiente, lo dirá! El nombre de esta “joven chica” es Lina Inverse. La hechicera conocida por múltiples nombres, “asesina de bandidos” entre otros. No es mal cantidad de dinero por hacerse cargo de ella.

—¡¿Co... conoces a Lina Inverse?!

—Fufu... ya me enfrenté anteriormente a ella, y aunque acabase seriamente dañada, logré que aceptara su derrota.

—¡¿En... en serio?! —dijo el hombre sin poder contenerse. —¡¿Lo dices de verdad?!

—Por supuesto.

No era exactamente la verdad, pero tampoco era una mentira.

—Si el oponente es ella, entonces es distinto. —dijo Naga tras pensar un momento. —Puedes aceptar mi palabra... aunque en ese caso la cantidad de dinero es insuficiente.

—Ya... ya veo...

El hombre, abrumado, se levantó de su silla.

—Entonces... ¿me acompañarías?

Con una ligera sonrisa, Naga se levantó de su asiento.

 

En medio del bullicio, Lina se detuvo de repente.

—Oye, ¿por qué te detienes aquí en medio? —preguntó Mina, sin haberse dado cuenta de la situación.

Lina seguía callada, estando de pie en mitad de la calle. Como si estuviese esperando algo.

—Oye...

Pero antes de que Mina pudiera seguir quejándose...

—Nos volvemos a encontrar. —dijo una voz de hombre que sonaba familiar.

Notando el peligro, la multitud se separó, dejando ver al dueño de aquella voz. Un hombre, en posición arrogante mirando directamente a Lina y a Mina. Estaba a pocos pasos de distancia. Tenía una complexión robusta y era pelirrojo. Tenía una cara agraciada y llevaba una espada larga al cinto. Pero había algo en su mirada que hacía ver que no era alguien ordinario. Se trataba de Gals Brader.

—¡¿T... tú eres...?!—dijo Mina sin poder contenerse.

—¿Le conoces? —preguntó Lina.

El viento soplaba.

—Oye...—dijo Gals tras un momento. —¡No me digas que te has olvidado de mí, Lina Inverse!

—¡No es que me haya olvidado, es que no sé quién eres!

Había quedado bastante claro. Gals se quedó sin saber qué decir.

No es que estuviese haciéndose la tonta. Podría pensarse que era una táctica para desarmar al enemigo, pero no era el caso. Lo cierto es que, sencillamente, no sabía quién era. Con tantos grupos de bandidos que Lina ha derrotado, es difícil que se quede con la cara de nadie. Para ella simplemente existen en tres categorías, “barbudo”, “bigotudo” y “común”. Así que es muy raro que pueda acordarse de algún bandido que haya derrotado anteriormente. Si incluso apenas un fragmento de aquél encuentro se hubiera quedado en su cabeza, hubiera respondido con “no me acuerdo” o “lo he olvidado”.

—Lina-san, Lina-san...—dijo Mina dándole un golpecito a Lina. —Oye, es el jefe de aquella organización que aplastaste no hace tanto. Usaste un hechizo para hacernos saltar por los aires a él y a mí cuando me tenía agarrada y con la espada al cuello. Lo tengo en mi diario.

Mina sigue a lo suyo. Lina prefirió ignorarlo.

—... bueno, eso no cambia nada, sigo sin saber quién es este tipo.

—... ¿de verdad no te acuerdas?

—Ajá. —asintió Lina.

Tenía firmemente en el corazón la intención de vengar la organización, pero si una vez que estás frente a tu enemigo éste ni siquiera recuerda tu cara... el enemigo no te toma en serio...

—¡He... he venido a advertirte! —dijo Gals la frase que tenía preparada de antemano desde hace mucho tiempo, intentando no descorazonarse.

—¿Advertirme?

Lina alzó las cejas. Eso sí que iba acorde al plan que había trazado Gals...

—Así es. Una advertencia. Para agradecerte lo bien que me trataste el otro di... o... oye, esp... ¡espera!

Sin prestar atención a las palabras, Lina se dirigió directamente hacia Gals.

—¡E... espera! ¡Escucha cuando te hablan!

POM

Y así... el plan que había trazado Gals cambió drásticamente.

 

... no tendría que haber salido así...

Era mediodía, Gals estaba aturdido y le ataron en mitad de la calle.

Su plan era anunciar que la Alianza de Asociaciones había contratado a hechiceros para que se encargasen de Lina, y entonces marcharse. Su idea era que Lina se preocupase de los ataques de los hechiceros, pudiera no dormir bien, estar exhausta... pero nunca se imaginó que le acabaría dando una paliza sin dirigirle la palabra.

—¿Bien? Ya sé que has dicho que era una advertencia, pero ¿a qué te referías con eso?

—Fufu... ¿de verdad quieres saberlo?

—Vaya con el señor prepotente. —dijo Mina con cara de asombro.

Esta chica no tiene conciencia propia. Ignorando sus palabras, Lina continuó hablando.

—¿No lo vas a decir?

—¿Y si no lo digo?

—Usaré eso. —dijo Lina apuntando al final del camino, mientras Gals mantenía una sonrisa intrépida. Había una pequeña sombra oscura en el camino. Una boñiga de caballo.

—¡Está bien! ¡Hablaré! ¡Diré lo que quieras!

—¿Entonces? ¿De qué trata todo esto?

—Hace unos días hubo una reunión de las organizaciones y se decidió que tenían que derrotarte a cualquier coste. ¡Así que contrataron a hechiceros para que te atacaran!

Por supuesto, no se le ocurrió decir que todo el plan había sido cosa suya, sería todo un suicidio.

—¿Y por qué has venido a decirme esto?

—¡E... es una manera de que el mundo sepa que las organizaciones siempre toman represalias!

—Heh...

—¡Nada de “heh”! —gritó histérica Mina, agarrando a Gals por los hombros y zarandeándolo. —¡Yo no tengo nada que ver con esto! ¡Lina-san me ha involucrado en un problema que ha causado ella misma! ¿Lo entiendes? ¡¿Lo entiendes?!

—¡Cálmate, Mina-san! ¡Lo vas a descoyuntar con tanto zarandeo! —dijo Lina deteniendo a la chica histérica. De alguna manera Gals aún estaba consciente.

—No te preocupes, Mina-san. Aún tenemos un as en la manga.

—¿Un... un as?

Gals sacudió la cabeza y dejó escapar una ligera sonrisa.

—No me hagas reír. ¿Qué clase de contra-ataque podrías tener contra un ejército de hechiceros que te podrían atacar en cualquier momento?

—Fufufufu. —rió Lina, divirtiéndose de verdad. —Un rehén ♥.

...........

—¡Maldita sea!

El grito de Gals resonó a lo largo de las calles al mediodía.

 

—¡Hahahahaha! ¡Por fin te he encontrado, jovencita! No tengo nada en tu contra, pero aquí tienes que morir...

—¡Mega Brand!

BOOM

—Sí, sí, segunda persona de hoy. Justo como con el primero, ha lanzado un hechizo en mitad de la conversación. Por cierto Lina-san, ¿cuál es el nombre de ese hechizo? —le preguntó Mina a Lina mientras escribía en su diario.

Mega Brand. ¿Vas a ponerlo también en tu diario? —preguntó Lina con cierta expresión de disgusto.

—El factor decisivo fue el Mega Brand. Por supuesto que lo voy a poner.

... ugh... Lina murmuró algo para sí. Ya que no puede estirar sus alas, Mina está dejando constancia de sus deseos acumulados en su diario. Lo cual estaba bien. Pero cada noche, en mitad de la noche y junto a la cama de Lina, Mina los recitaba uno a uno. Gracias a eso, Lina había tenido pesadillas todas las noches. Toda una tortura.

—Bueno, démonos prisa.

Mina guardó el diario en la bolsa y tiró de la cuerda con su mano izquierda. Sobra decir que Gals estaba atado al otro extremo de la cuerda.

—Lo cierto es que tienes suerte. —dijo Lina a Gals. —Lo más probable es que ataquen hechiceros que no sean gran cosa, pero si por un casual ése no fuese el caso... te usaría de escudo.

—Uuuh... es terrible... es como estar totalmente expuesto...

—Para nada. No es “como” estar expuesto, es literalmente estar expuesto, tienes que tenerlo claro.

—Sí, sí. Anímate, escribiré de ti en mi diario.

El incomprensible intento de las mujeres por animarlo puede no haber funcionado, pero no le quedó otra que seguir adelante.

—Un momento. —dijo una voz de hombre cuando apenas habían empezado a moverse. La cara de Lina mostró asombro al darse la vuelta.

—¡¿T... tú eres...?!

Había un hombre de pie delante de los tres. Era un hombre delgado, apuesto, con barba negra y aspecto de hechicero, pero con una peculiar calavera de carnero en su cabeza. Conocí a este hechicero cuando estuve ayudando a cierta chica a vengar a su hermano. Pero aquella vez... ¿no había acabado muriendo en la explosión de un Fireball? Por supuesto, ni Mina ni Gals sabían nada del incidente entre Lina y ese hombre, aunque seguramente también les había extrañado su apariencia, ya que habían quedado en silencio.

—Ha pasado mucho tiempo, hija. —le dijo el hombre en voz baja a Lina. Se notaba el fuego de la furia en el brillo de sus ojos. —La otra vez me defraudaste a mí, Xelloss...

—¡¿Aún estás vivo?!

—¡Por supuesto!

Hizo ondear su capa con gesto grandilocuente.

—¡¿Creíste que podrías acabar con Graham Brandala, el hechicero de los mil nombres, con un Fireball como aquél?!

Mina, que estaba anotando todo en su diario, frunció el ceño al escuchar el nombre diferente, pero no dijo nada y siguió escribiendo.

—¡Pues el Fireball fue cosa tuya!

—¡Fufu, eres muy habladora! ¿Acaso no sabes que no se me dan bien los Fireball?

—¿Qué estás diciendo? Supongo que querrás que solventemos lo de aquella vez.

—Lo has adivinado. ¡Así que basta de hablar!

—Espera. Será mejor no ponernos a lanzar hechizos en mitad de la ciudad. ¡¿De acuerdo?! ¡Escucha! —dijo Lina con tono amenazante, levantando el dedo índice. —¡Hoy, cuando el sol se ponga, ve hasta el muelle de la ciudad! ¿De acuerdo? ¡Es una promesa!

Los dos se quedaron un momento mirándose el uno al otro.

—Fufufu... muy bien...

“Thousand” mostró una sonrisa intrépida y se giró, con su capa ondeando al viento.

—Será mejor que estés preparada, hija. —dijo sin girarse y desapareciendo entre la multitud.

—¡Es... eso ha sido genial, Lina-san! —dijo Mina tras un momento. —¡Me has dejado impresionada! ¡Uuuh, hacía mucho que no estaba tan entusiasmada! Esta tarde estaré presente durante el enfrentamiento. ¡Sí, ésta es la estimulación que estaba esperando!

Lina dejó escapar un pequeño suspiro y puso sus manos en sus hombros.

—Mina-san, escúchame atentamente...

—Lo sé. Esto no es un juego. Bueno, no es que no vaya a ser divertido verte pelear por tu vida, pero...

—No he dicho que vaya a ir.

—... y por eso...

..............

—... ¿cómo?

Mina abrió los ojos de repente.

—Lo que he dicho es “ve hasta el muelle”, no he dicho nada como “estaré esperando”, ni “allí solventaremos el asunto” ni nada por el estilo.

Mina y Gals se miraron el uno al otro.

—P... pero...

—Así dicho...

—¡En cualquier caso, no voy a ir! Aunque tuvieras todo el tiempo del mundo, no merecerá la pena si hay que ir derrotándoles uno a uno. —dijo sin más y siguió caminando.

—¡Eeeespera! ¡¿Entonces qué?! ¿Crees que si seguimos así podrás acabar sin tener que pelear? ¿Pero cómo...?—gritaba Mina tirando de la cuerda con Gals en el otro extremo, caminando detrás de Lina.

 

—¡Te encuentro de nuevo, hija!

No se volvieron a encontrar al hechicero hasta el día siguiente. Era un camino junto al mar. En la playa, había unos niños jugando. Bajo la brisa y el cielo azul, se escuchó la voz de “Thousand”.

—¿Qué ocurre? ¿Y esa cara roja?

—¡Cállate!

Su cara se enrojeció aún más con las palabras de Lina.

—¡No viniste al lugar indicado y una panda de matones me tiraron a la basura fría y cogeré un resfriado! ¡Que sepas que no te saldrá barato humillar a Wein Straisser!

Al terminar de hablar empezó a conjurar un hechizo.

—¡Échate a un lado, Mina-san! —gritó urgentemente Lina.

Lina desconocía qué hechizo estaba conjurando “Thousand”. ¿Qué clase de ataque sería? Lina comenzó igualmente a conjurar un hechizo. Bajo el cielo azul y con el mar de fondo, se escuchaba el extraño sonido de las conjuraciones.

¡Lina terminó su hechizo apenas un instante antes!

—¡Elmekia Lance!

Disparó una lanza de luz que es capaz de causar un gran daño desde el Plano Astral a su objetivo, fácilmente paralizando al hechicero. Pero... Una sombra apareció delante de “Thousand”, como si estuviese protegiéndolo. El Elmekia Lance golpeó directamente a lo que fuese que estuviese protegiendo al hechicero, que colapsó al instante. No era una simple sombra. Diez, no, veinte figuras sombrías aparecieron del suelo una tras otra.

—¡Mira esto, hija! —gritó “Thousand” con alegría.

—¡Un golem! —gritó Lina, preparando entonces su siguiente hechizo. —¡Dug Break!

Era un tipo de contra-hechizo. Si la capacidad mágica de Lina era mayor que la de “Thousand”, la interferencia de Bephimos desaparecería temporalmente de este área, y por tanto los golem creados por el mismo Bephimos simplemente colapsarían. Pero...

uuuuuh... uuuuuh...

Lentamente, pero sin pausa, más sombras salieron de la tierra, haciendo unos ruidos que no eran estruendos de la tierra ni voces de resentimiento, y se dirigieron hacia ella.

... ¡no puede ser!

La cara de Lina mostró su preocupación. En el pasado ya había conseguido destruir un golem creado por “Thousand” interfiriendo con Bephimoss de forma similar. Pero esta vez no funcionó... En cualquier caso, no era momento de quedarse sorprendida. Sin más, comenzó a conjurar su siguiente hechizo.

Lo cierto es que la técnica que “Thousand” había utilizado no era un hechizo de golem, sino una técnica de dar vida a unos zombis. Para crear un zombi se puede o bien utilizar un reptador de muerte para que parasite un cadáver para poder manejar su sistema motor, o utilizar un espíritu errante que no sepa que esté muerto para poseer un cuerpo y que piense que sea el suyo propio, y “Thousand” había hecho esto último.

Pero no había utilizado cadáveres, sino la propia tierra. Lo había convencido de que la tierra era su propio cuerpo. Y lo había hecho múltiples veces. Sobra decir que hay que tener mucha habilidad para lograr esto. Si la marioneta está controlada por un espíritu, no importa cuántas veces se intente cortar la interferencia de Bephimos, que no sucederá nada. Puede que no se le de bien usar el “Fireball”, pero “Thousand” es un nigromante de primera clase.

Una de las marionetas se acercaba con movimiento tambaleante. Lina terminó su hechizo.

—¡Bram Blazer!

Una onda de luz azul atravesó a varias marionetas, pero no alcanzó al hechicero. Al estar creados de arena y tierra, parece que eran capaces de absorber las ondas de choque. Además, a pesar de que habían colapsado por el impacto, en un instante volvieron a reformarse.

¡Esto no acaba nunca! Entonces retroceció y agarró a Gals del cuello.

—¡Oye, tú! ¿Cómo te llamabas?

—Ga... Gals Brader. —respondió sin saber muy bien a qué venía eso.

—Muy bien. ¡Mina-san, suelta la cuerda!

Al decir esto, se colocó detrás de Gals. Dos marionetas se acercaban. Gals sonrió con pesar.

—¡Ni en broma! ¡No me uses como escudo!

—¡Adelante! ¡Mi nueva técnica especial, “Golpe de Gals”! —dijo Lina conjurando un hechizo. Una premonición recorrió la espalda de Gals, mientras que “Thousand” sonreía seguro de la victoria, y Mina seguía tomando notas murmurando para sí.

—¡Ray Wing!

Cubierta por una barrera de viento, los cuerpos de Lina y Gals se elevaron en el aire. Es una técnica de alta velocidad. ¡Los dos se dirigieron a toda prisa contra las marionetas!

—¡Uooooooooh!

Fue entonces cuando Gals se dio cuenta de que, efectivamente, estaba siendo utilizado como escudo.

POM. ZAP. CRASH.

Entre la barrera de viento y el cuerpo de Gals, las marionetas estaban siendo pulverizadas, y en apenas un instante los dos, o bueno mejor dicho solo uno, Gals, ¡chocó contra “Thousand”!

PAM

Entonces Lina aterrizó. El cuerpo de Gals, que estaba a sus pies, estaba lleno de moratones. No parecía muy contento de que se utilizara su nombre en este movimiento especial. El hechicero también estaba en el suelo, inconsciente, y las marionetas se habían convertido en meros montículos de tierra, seguramente cuando perdió la concentración.

Notando que el combate había terminado, Mina se acercó. Por supuesto, tenía su diario en la mano.

Se acercó al hechicero, sacando la espada corta de su cinto.

—U... uuuh...

“Thousand” sacudió la cabeza y despertó. En un instante tenía la espada corta junto a su cuello.

—... parece que has ganado.

El hechicero miró en otra dirección con expresión ágria.

—Como era de esperar, Lina-san. Es la primera vez que veo algo así. Lo he dibujado como recuerdo en mi diario. ¿Quieres verlo?

—... no...

Lina apartó la mirada mientras Mina sujetaba su diario. Por un instante, le pareció ver la imagen de un demonio menor envuelto en papel higiénico (¿?) ¿se supone que era el hechicero? O quizás... no, mejor no pensarlo.

—¿Has... has dicho Lina? —dijo “Thousand” dejando escapar un pequeño gemido. —Te... te refieres a... ¡¿Lina Inverse?!

—... ¿de qué estás hablando ahora?

Lo cierto es que en ningún momento había mencionado su nombre a “Thousand”.

—¡Aaaaaaah...!—gritó, apretando los dientes. —¡S... si hubiera sabido que eras tú, te habría pedido perdón al principio!

Vaya con el tipo éste.

—B... bueno, está bien, eso significa que ya no quieres pelear conmigo, ¿no?

—Ni pelear ni nada... aunque... mi mujer es una gran fan tuya...

—... ¡¿es que tienes esposa?! —pregunta Lina sin poder contenerse.

(... pobre esposa... aunque... espero que no sea como...)

La sombra de Naga se cruza un instante por la mente de Lina. Lo cierto es que sus gustos en cuanto a ropa son parecidos a los de este tipo.

—Por... por un casual, tu mujer no irá con ropas muy reveladoras, un collar con una calavera y hombreras con pinchos, ¿no?

—No hables de mi mujer como si fuese una rarita. No se parece en nada a eso. —dijo en tono hosco.

No es que sea quién precisamente para hablar de la ropa de los demás, pero no parece que sea consciente de ello.

—Lo cierto es que...—dijo, sonrojándose un poco y cogiendo un trozo de papel y una plumilla de un bolsillo. —Me dijo que te pidiera un autógrafo si me encontraba contigo viajando. Te lo pido por favor.

—V... vale...—dijo, cogiendo la plumilla sin darse cuenta. —Pues... Lina Inverse... y...

—Mi mujer se llama Mirien. Y por favor pon la fecha de hoy.

—Bien... Mirien-san. Y...

—Y algunas palabras si no es molestia.

—Los villanos... no tienen... derechos... humanos. ¿Qué tal así?

“Thousand” miró cuidadosamente el autógrafo que le había entregado, asintió satisfactoriamente, y tras confirmar que la tinta estaba seca, se lo guardó en un lugar seguro.

—Lo siento. Y gracias. —dijo el hechicero.

—N... no es nada. Dale recuerdos a tu mujer...

Sin entender muy bien lo que acababa de pasar, Lina contempló la espalda del hechicero mientras se marchaba.

—Vaya, eres bastante famosa. —dijo Mina con cierto tono de admiración.

—B... bueno...—empezó a decir Lina.

—Aunque... casi me esperaba que hubiera desaparecido tras echar una bomba de humo.

Lina tembló un poco.

—N... no creo que fuese a hacer eso. —dijo con una sonrisa.

—Hehe... ¿eh? ¿qué...?

—¿Qué ocurre?

—¡No está! —dijo Mina mirando a los lados.

—¡¿Cómo?!

Miraron a todas partes, pero Gals, que aún debería seguir atado, no estaba por ningún lado.

—Ha debido escapar mientras estaba firmando el autógrafo.

Por su espalda, la mano de Mina tocó en el hombro a Lina. Al darse la vuelta, vio los ojos preocupados de Mina.

—¡¿Cómo que se “ha debido escapar”?!

—Cal... cálmate, Mina-san... o... oye...

—¡Se ha escapado, se ha escapado! ¡¿Cómo podremos escapar ahora de un asesino si le has dejado escaparse?! ¡¿Cómo?! ¡Respondemeeeeee!

Mina siguió zarandeando a Lina hasta que ésta perdió el sentido.

 

—¡Gals! ¡Has sobrevivido!

Cuando Duran le saludó, sonrió débilmente. En cierta ciudad costera, el cuartel de Conexión Duos, capitaneada por Duran, estaba camuflado como un edificio de viviendas. Podía verse el mar desde las ventanas. Podría parecer descuidado, pero no había habido conflictos desde la formación de la Alianza, y además sería sospechoso si todas las ventanas estuviesen cerradas a cal y canto en esta estación.

—Maldita sea... ha sido terrible... mi reputación ha quedado en nada estos días...

—Bueno, no te vengas abajo. —dijo Duran poniéndole una mano en el hombro.

Por supuesto, no lo hacía por amabilidad ni porque fuesen amigos ni nada. Todo era parte del plan. Debido a la derrota de Gals, el territorio se había quedado sin control. Además, tras ser expuesto por Lina, probablemente no sería capaz de levantarse de nuevo. Ningún matón diría “¡Eres Gals, a quien Lina Inverse derrotó! ¡Soy un gran fan tuyo!”. Siendo así el caso, el territorio vacío seguramente sería dividido tras una discusión de la Alianza., y aunque Gals como previo jefe habría sido derrotado, su palabra seguiría siendo tomada en cuenta hasta cierto punto. No perdería nada agraciándose con Gals en ese momento. Y... Gals seguramente sabría cuáles son las intenciones de Duran. Pero no es que importase mucho. En cualquier caso, no podría volver a ser jefe de una organización, así que no sabría qué pasaría con su territorio.

En la cabeza de Gals solo había espacio para su venganza contra Lina Inverse. Para poder conseguir eso, lo mejor es que consiguiese un colaborador con habilidades organizativas como Duran. ¡Ambos estaban planeando! Es el tipo de relaciones de confianza (¿?) que se tienen en esta industria.

—En cualquier caso, me alegra que estés a salvo. Siento haber tardado en atenderte, pero aquella hechicera llamada Naga dijo que quería hablar conmigo sobre el plan para acabar con Lina. Si estás cansado, te lo puedo contar en otro momento.

—No... acabemos con esto cuanto antes. Adelante.

Gals se echó en el sofá esperando que Naga llegase. Los subordinados de Duran había encontrado a esta chica, que decía que había logrado derrotar a Lina una vez anteriormente... bueno, era verdad que no había sido del todo clara contándolo, pero al menos daba cierta esperanza de que se pudiera ir contra Lina ahora. Al oír que había derrotado a Lina se pensó que seguramente estuviese mintiendo, pero aún así decía que quería enfrentarse a ella, así que no parecía que fuese un farol. Naga era el as en la manga. Ni siquiera le había hablado de ella a Lina cuando le capturó.

—Lina Inverse... esta vez sí...

Al tiempo que murmuraba, la puerta se abrió de golpe.

—¡Ohohohoho! Veo que has podido regresar sano, Gals-san. Quería consultarte algo del plan para derrotar a Lina Inverse.

—... veamos qué es.

Naga volteó su capa y se sentó frente a Gals.

—Quisiera saber quiénes son todos los hechiceros que han sido contratados para acabar con Lina.

—Muy bien. —asintió.

La lista de todos los hechiceros estaba guardada en una caja fuerte que Duran tenía en su habitación, cuya llave llevaba siempre encima.

—¿Y qué estrategia vas a usar? ¿Nos la puedes explicar?

—Por supuesto. —dijo Naga sonriendo.

 

—Qué buen tiempo hace...—dijo Lina estirándose.

Un camino que cruzaba el bosque junto a la costa. El cielo estaba despejado, y la brisa marina y la sombra de los verdes árboles llenaban el aire con una mezcla exquisita que la convertía en irresistiblemente cómoda.

—Nadie ha atacado desde ayer... es bueno tener paz para variar. No he necesitado escribir en mi diario. —dijo Mina. —Pero, pensándolo bien, ¿no es raro que se hayan dado por rendido en atacarte, Lina-san?

—Puede ser... supongo que no. —dijo Lina suspirando.—Ese hombre que se escapó ayer, el tal Gals, definitivamente intentará algo. No importa dónde estemos, no lo olvidará.

—Hmmm... vaya pensamientos.

—Sí, pero hay que ser honestos. O quizás no sea ser honestos. Pero ya sabes a lo que me refiero. En cualquier caso, ya que todavía no ha pasado nada, lo mejor será pensar que aún tiene que pasar algo serio.

Puede que Lina hubiese terminado ya de hablar o no, pero ¡de repente se escuchó una estruendosa risa!

—¡Ohohohoho! ¡Finalmente te he encontrado, Lina Inverse!

—¡Argh! ¡Esa voz!

Como no podía ser de otra manera, ¡quien apareció delante de ellas de detrás de la sombra de los árboles era Naga la serpiente!

—Al... al final ha... aparecido...—dijo Lina con voz disgustada y con sudor cayéndole en la frente.

—L... Li... Lina-san, ¡¿qué es esa cosa extraña?! —dijo Mina escondida detrás de Lina, mirando a Naga.

—No pasa nada, Mina-san. Aunque vista de manera tan extraña, como puedes ver sigue siendo una persona.

—¡N... no me lo creo! ¡Tengo que apuntarlo en mi diario!

En cuanto lo dijo, sacó el diario de la bolsa y se puso a hacer un dibujo de Naga.

—¿C... cómo osáis...?

—Pero, Lina-san, conoces a mucha gente que va vestida muy rara.

—No me lo recuerdes...

—Oye, Lina. ¿Quién es esa maldita sacerdotisa?

—... mi trabajo actual es ser la guardaespaldas de esta chica...—respondió Lina a Naga con voz melancólica.

—Veamos... una conocida de Lina-san, una chica joven con aspecto extraño, no parece que sea buen material para ser una esposa, me acaba de llamar “maldita”. La odiaré hasta que muera... ya.

La expresión de Naga se crispó ante las palabras de Mina mientras escribía, pero tal vez pensó que era mejor no tenerlas en cuenta por ahora, y se giró hacia Lina.

—Por cierto Lina, hoy te traigo una buena historia. —le dijo Naga, sonriendo.

 

Siguiendo hacia el este el camino junto a la costa, se llega a una cantera. Antiguamente se extraía mármol negro, ahora era simplemente un cráter cubierto de maleza. En cuanto Lina llegó al centro... el aire se removió. Un grupo de hechiceros escondidos tras los árboles, en los arbustos, tras rocas, comenzaron a conjurar hechizos ofensivos. Contra tal número de hechiceros, no valdría de nada utilizar hechizos defensivos menores. Podrían utilizarse poderosos hechizos ofensivos para encargarse de enemigos alrededor, pero seguramente los hechiceros acabasen sus conjuraciones antes. Ni siquiera Lina Inverse podría ganar peleando contra tantos en un lugar como ése. Tan solo podía escapar.

Utilizando una técnica de vuelo rápido, salió disparada hacia el cielo... pero es fácilmente repelida y cae torpemente al suelo. Esto es gracias a la barrera de viento que Naga había conjurado alrededor. Antes de que Lina pudiera levantarse... se lanza la primera tanda de ataques. Una salva de “Flare Arrow” lanzadas por la mitad de los hechiceros caen sobre Lina como una lluvia de fuego. Incluso si la barrera de viento de Lina pudiera protegerla del calor de las llamas, la salva de "Fireball" disparadas por la otra mitad de los hechiceros la alcanzarían a continuación. No importa cuántos golpes directos bloquees con una barrera de viento, no serías capaz de escapar de un calor de miles de grados. Al instante pierde la conciencia, y la concentración que mantenía la técnica desaparece. En el instante que la barrera de viento se rompe... las llamas lamen el cuerpo de Lina.

Gals sonrió mientras imaginaba a Lina convirtiéndose en cenizas sin tener tiempo siquiera de gritar. ¡Es perfecto! ¡la estrategia que esa tal Naga ha ideado es perfecta! Llevaba imaginándoselo todo el día. Era peculiar contemplar a un hombre sentado a solas en casi total oscuridad, sonriendo y riéndose como un loco.

—Je... jefe, haga algo con ese hombre.

Duran estaba algo preocupado oyendo a Gals gritar cuando el hombre vino a traer la comida.

—Umm... es verdad que está algo raro, pero... bueno, lo cierto es que puedo imaginarme cómo se siente. Esperemos a que vuelva la tal hechicera Naga con las novedades.

Lo cierto es que Gals quería haber visto a Lina derrotada con sus propios ojos, pero Naga le dijo “¿acaso quieres volver a ser su rehén?”, y decidió esperar pacientemente. Naga-san se había marchado por la mañana. A estas alturas ya debería habérsela encontrado...

—Fu... fufu... fufufu—seguía sonriendo Gals. Tenía una expresión un tanto rara.

—Lo... lo cierto es que... da algo de miedo.

Duran tuvo que apartar la mirada. Era como ver una pesadilla.

—Esperemos que esa hechicera Naga vuelva lo antes posible...

POM

La puerta se abrió de golpe con un fuerte ruido.

—¡¿Qué ocurre?!

—¡Hay un problema, jefe! Esa hechicera, Naga...

—¡¿Está muerta?!

—¡No... no es eso! ¡Viene hacía acá!

—¡¿Y qué hay de malo en eso?!

—¡La acompaña Lina Inverse!

—¡¿Quéeeeeeee?!

Todos en el cuartel entraron en pánico.

 

El lugar se había convertido en una feria de hechizos.

—¡Elmekia Lance! ¡Freeze Breed! ¡Flare Arrow! ¡Dram Brass! ¡Bram Blazer!

No podían lanzarse hechizos muy fuertes dentro de la habitación, pero con cada hechizo Lina y Naga competían con el más vistoso, haciendo bailar las llamas y las explosiones, mientras Mina iba detrás apuntándolo todo.

—... los hombres salieron por los aires con los hechizos de Lina-san. ¡Bien, bien! ¡Ésta era la clase de estimulación que quería! ¡Tengo que leerles esto en voz alta a todos en el templo cuando vuelva a casa! —dijo Mina en mitad de todo el barullo. “Estimulación” decía, mientras las seguía. Era un poco egoísta.

—Oye, Lina...—susurró Naga para que no pudiera oírlo. —Aprovechemos la confusión para hacer saltar por los aires a esa chica.

—... ya lo hice una vez. Lo tiene escrito en su diario y me lo lee todas las noches...

Entonces...

—¡O... oy... oye, tú! ¡¿Qué se supone que estás haciendo?!

Delante de todos apareció el hombre que había contratado a Naga. Tenía los ojos inyectados en sangre y había venido corriendo, espada en mano.

—Ah, es muy simple. —dijo Naga con voz altanera. —Lo cierto es que, al igual que Lina, ¡no aguanto a los grupos de bandidos!

—¡Me... me has engañado! Y entonces todos los otros hechiceros...

—Salieron corriendo en cuanto les dije que su oponente era Lina Inverse.

—¡Maldita seas...!

El hechizo de Lina le hizo saltar por los aires a mitad de frase.

—¡Los jefes están arriba!

—¡OK!

Subieron corriendo las escaleras. La mayoría ya habían perdido las ganas de luchar o habían escapado, pero aún quedaban unos pocos que aparecían de cuando en cuando. Se iban haciendo cargo de ellos mientras subían hasta la planta alta.

—¡No hay nadie!

—¡Lina-san, allí! —dijo Mina apuntando a un gran espejo colgado de la pared. Naga se acercó y lo hizo añicos de una patada. Tras el espejo roto había un pasadizo oscuro.

—¿Un pasadizo secreto? ¡Todo un clásico!

Naga usó el “Lighting” en el pasadizo, y Lina es coló por el mismo.

—¡Vamos!

—S... si no importa, seguid vosotras. Me da un poco de miedo...

—¡No digas tonterías y ven!

Naga le dio una patada a Mina sin pensárselo.

—¡Aaaaaah!

Por primera vez, Mina se arrepentía de haberlas acompañado.

 

Gals y Duran corrían como si les persiguiera la muerte. Un pasadizo oculto en el cuartel llevaba a una cueva subterránea. Sólo Duran y unos pocos de sus subordinados conocían su existencia. La entrada estaba oscura, pero moho luminiscente cubría densamente las paredes, así que podía correrse. No quedaba otra que escapar y lograr la cooperación de la Alianza para planear un contra-ataque. Los dos estaban de acuerdo en eso.

Nunca pensé que utilizaría este pasadizo”, pensaba Duran apretando los dientes. Ahora se vería forzado a colaborar con Gals... no, cuando saliera de la cueva se encargaría de él. Ocultaría en el fondo de su corazón el hecho de que voluntariamente aceptó colaborar con Gals, y que fue un subordinado suyo el que contrató a Naga. Al tiempo, Gals pensaba “y todo por culpa de los subordinados de este hombre... si sales vivo de la cueva, ¡yo mismo me encargaré de ti!”. Si salían de la cueva sin más en esta situación, acabarían peleándose como niños, pero el destino no les dejaría llegar a eso.

—¡Esperad ahí! —se escuchó una voz a lo lejos.

—¡Iiiiih! —gritaron los dos hombres a la vez.

—¿Qué crees que haces, Duran? ¡Nos han encontrado por tu culpa!

—¡N... no puede ser! ¡Estaba camuflado perfectamente! Además, ¡eres tú el que ha hablado!

Por supuesto, Duran no podía imaginarse que se había dejado la entrada abierta.

—¡No te preocupes! ¡El pasaje es recto, pero hay trampas colocadas aquí y allá! ¡Pero estás a salvo conmigo! ¡Además, tengo un as en la manga! —dijo Duran, sonriendo astutamente.

Siguió corriendo un poco más por el pasadizo y acabó deteniéndose. Junto al muro había una gran jaula, y en su interior, cubierto totalmente por la oscuridad, había algo. Había un olor a carroña y bestia, un hedor pestilente que se les pegó a la nariz. Duran manipuló unas palancas en la pared, y la jaula comenzó a abrirse.

Entonces... Gals se puso rígido por el miedo.

Exhalando un aliento a pescado, se reveló su forma al salir a la luz.

—¡Adelante, Vuzebam! ¡Despedaza a las idiotas que me están persiguiendo!

Al escuchar la orden de Duran, dejó escapar un grito y salió corriendo hacia las dos que se acercaban.

—... ¿qué ocurre? Estás muy pálido, Gals. —dijo Duran con una sonrisa siniestra.

—¿qu... qué ha sido... eso?

—Fufu... una quimera de combate que me hizo cierto hechicero una vez... una criatura feroz que solo obedece mis órdenes. La mantengo aquí guardada, y finalmente ha llegado el momento de utilizarla.

—... eres un tipo terrible...—le dijo Gals a Duran, aún con la cara pálida.

Antes de que pasara mucho tiempo, ¡se escucharon unos gritos viniendo de las profundidades de la cueva!

¡Uoooooorgh!

¡Nooooo! ¡Aaaaah!

¡¿Qué es eso?! ¡Es horrible!

¡Ugh! ¡Pero aún así hay que pelear!

¡Guoooooorgh!

¡Aaaaargh!

¡Graaaaagh!

.............

¡Esperaaaa!

—¡Aaaaaaah! ¡Qué miedo! ¡No quiero oírlo más!

—¿Qué te pasa? ¿Eres un debilucho?

—¡Maldito Duran! ¡Eres lamentable!

—¡Quéjate más tarde! ¡Ahora aprovechemos para escapar!

Los dos volvieron a salir corriendo.

 

La zona donde Lina y las demás salieron arrastrándose estaba cerca de la desembocadura de un río en el mar. Tras derrotar a la débil quimera, el grupo había llegado a la salida de la cueva sin mayores problemas, excepto que Mina había estado cayendo en una trampa tras otra (risas).

—¡Allí! —dijo Naga apuntando con la mano.

Dos hombres acababan de ocultarse tras un edificio en el banco del río.

—¡Seguidme! —dijo Naga, comenzando a conjurar su hechizo.

—¡¿Así?! —dijo Lina poniendo los ojos en blanco, aunque rápidamente conjuró también su hechizo.

Cada una agarró a Mina de una mano, sus voces al unísono.

—¡Ray Wing!

—Pero, Naga, ¡¿acaso conoces este hechizo?! —preguntó Lina desde el interior de la barrera unificada de viento.

Ambas estaban tirando de Mina, cogida a sus manos, que estaba gritando de miedo, pero a ninguna de las dos le importaba.

—¡Anteriormente utilizaste esta técnica delante de mí! ¡Aprendí a utilizarla porque parecía interesante! —respondió Naga, haciendo que Lina se tragara la lengua.

No era como con “Sleeping” o alguna otra técnica simple. Solo porque la hayas visto no significa que se pueda aprender a la ligera. Y aún así la controlaba a la perfección. “¿Pudiera ser que Naga fuese más talentosa que yo?” pensó Lina un instante.

—¡Justo ahí, Lina!

Al escuchar la voz de Naga, vio a los dos hombres separarse a izquierda y derecha.

—¡Yo a la derecha! ¡Tú a la izquierda, Naga!

—¡OK!

—¡Nooo! ¡Paraaaaad!

Al escuchar el grito, las dos recordaron la existencia de otra persona.

¡¿Mina-san?!

De nuevo unieron sus voces en una y soltaron las manos a la vez.

 

SHHHHH

 

—Ah.

—Ese sonido de ahora... ¿era una fruta cayendo? Parece que se haya chafado...

—¡No ha pasado nada! ¡Estoy viva!

—¡Genial! ¡Aguantas mucho para una aficionada!

—¡Yo voy a la derecha con Mina-san! ¡Tú ve a la izquierda, Naga!

—¡Entendido!

Las dos estaban de nuevo en el aire. Siguiendo a Gals y a Duran, que iban corriendo por los callejones, tomando los caminos secundarios y finalmente saliendo al banco del río a la vez. Incontables leños habían sido cortados, estaban atados con cuerdas y flotaban en la boca del río, y los dos hombres saltaron sobre ellos.

—¡Crucemos al otro lado del río!

Aterrrizando y dejando a la desmayada Mina en el suelo, Lina salió corriendo a la orilla del río.

—¡No os dejaré hacerlo!

Naga llegó a la vez. Ambas pusieron al mismo tiempo las palmas de sus manos derechas en la superficie del agua, se miraron la una a la otra y compartieron una sonrisa. Lo sabían. Ambas sabían la técnica que la otra iba a utilizar. La armonía creada por las voces de Lina y Naga conjurando a la vez podía incluso llamarse hermosa.

—¡Sea Blast!

El agua ondulante se convirtió de repente en una tormenta, persiguiendo a Gals y a Duran. ¡Las olas embravecidas parecían unos dientes blancos que se tragaron a ambos hombres!

—... ya lo has hecho...—dijo Naga, levantándose y sonriendo a Lina.

Por alguna razón, Lina se sonrojó y apartó la mirada. Era la primera vez que Lina veía esa sonrisa en Naga.

—N... no...

—... ¿qué ocurre?

—No, nada... ¿eh?

Aún sonrojada, su mirada se fijó en otra cosa, y entonces se dio cuenta.

—Mina-san... ¿dónde...?

—Q... quizás se te fue la mano y la corriente se la ha llevado...

—¡Nooo! ¡Hay que encontrarla!

 

El sol se estaba poniendo ya. Lina cruzó los brazos y miró al mar. Un hilo de sudor caía por sus mejillas. A su espalda, Naga estaba haciéndole el boca-a-boca a la inconsciente Mina.

—Lo... cierto es que... si lo piensas... Lina...

—... ¿qué?

—Esta chica tendría que haberse quedado esperando en la cueva.

—... justo estaba pensando eso...

 

¡Y, de nuevo, apareció una narración de la nada!

Y así, la organización criminal Conexión Duos fue derrotada por las acciones conjuntas de Lina y Naga. Pero, mientras exista el mal en el mundo, tarde o temprano aparecerá una tercera y una cuarta organización malvada. ¡Sigue luchando, Lina! ¡Pelea, Naga! ¡Con amor, coraje y verdad, hasta el día en el que todo el mal de este mundo sea derrotado!

Poco después, un estruendoso aplauso resuena en el recinto al sonar la música de fondo y bajar el telón.

—Esta vez ha estado bastante interesante.

—Especialmente al final con cómo acaba la clienta, Mina.

—¡Aaaaaaargh! ¡No aplaudáis! ¡La próxima vez! ¡La próxima vez, con las fuerzas de nuestra alianza, nos encargaremos de Lina Inverse y de Naga la serpiente!

Sin importar cuánto gritase o llorase, nadie le hacía caso. Una lástima para la segunda oportunidad de Duran. Ignorando todo el barullo que estaba causando Duran delante de la pantalla, el sonido de los aplausos no cesaba.

Todo terminó bien.

Slayers Excellent: ¡Pelead, villanos! - FIN

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